miércoles, 24 de agosto de 2011

Prométeme un infinito juntos.

Y si te quiero, solo es una teoría más, y si te beso, así simplemente, es una práctica, ¿del destino? bah, no. De.. yo que sé de qué, pero del destino no, ¿por qué? pues porque este estúpido no nos quiere juntos. ¿Y qué más da? Sinceramente, que le den al destino. Regalémonos el mundo entero. Valoremos esos pequeños detalles, contemos estrellas hasta el amanecer, bésame, abrázame, dime que me quieres, que te gusto hasta enfadada. No me dejes, agárrame fuerte, susúrrame mil veces que será hasta el infinito, que París será nuestro. Dejemos las excusas, amémonos hasta el final, una vez más, volverte a ver, llenar mis sábanas con tu calor, oler de nuevo ese perfume, tú sabes, me encanta, me encantas. Cántame esa canción, enséñame tus mejores sonrisas, quiéreme como nunca. Piensa en mi cada uno de tus días, recuerda las fechas importantes, no todas, las demás me encargaré de recordártelas yo. Creemos un mundo, solo para los dos. No sueltes mi mano, seca mis lágrimas, pues yo no dudaré en hacerlo, cúidame, yo te trataré como el mejor de los tesoros. No me regales flores ni bombones en San Valentín, sólo demúestrame que de verdad es nuestro día, el día de los enamorados. Llévame el desayuno a la cama, aunque la mayoría de las tostadas acaben quemadas, hazlo con mayor amor del mundo, será el mejor manjar. Llévame al cielo con cada una de tus caricias, sé el dueño de mis escalofríos, de mis suspiros, de todas y cada una de mis sonrisas. Demuéstrame que no es un sueño, que estás aquí, que estoy ahí, enrredada en tus brazos, perdida en cada poro de tu piel, susurrando mil palabras, todas sinceras, enteras, sin más, te quiero, me quieres. Ahora.. ¿qué piensas del destino, amor?

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